viernes, 15 de octubre de 2010

Y tú ¿Qué hij@ estás criando para el futuro?


“Nos pasamos la vida preguntándonos: ¿Qué futuro les espera a nuestros hijos?
Por qué no mejor nos preguntamos:
¿Qué hijos le voy a dejar al futuro?”

Escuché ayer este pensamiento, y me hizo reflexionar en varias cosas que quiero compartir con ustedes.
Primero que nada, es cierto que la mayoría de los padres (y más en estos tiempos), estamos constantemente preocupados por el futuro en que van a vivir nuestros hijos; pero muy pocos hacemos algo por ese futuro. Algo que vaya más allá de nuestras simples obligaciones de proveedores, de nuestra simple presencia protectora, de nuestra función como simples tutores; algo que no simplemente va a durar el tiempo que estemos con ellos, sino que realmente va a trascender, ayudándolos a ellos y a su futura descendencia a ser mejores personas, no solo en lo físico o intelectual, sino en lo más importante y trascendental; en lo espiritual y emocional.
Y aún me fui más allá, y pensé en que, si la mayoría de los padres se preocupa por el futuro que les espera a sus hijos; los que tenemos hijos de la diversidad!, (en nuestro caso con SD); nos hacemos esa pregunta, ¡desde que nacen! O no es cierto? Nos preocupa ¡tanto! el futuro de nuestros hijos.
Pero ya te preguntaste, ¿qué hij@ estás haciendo tú, para ese futuro?O estás esperando que las personas, los paradigmas o los prejuicios cambien, para que le toque un mejor futuro a tu hij@.
No puedes cambiar a todo el mundo; pero puedes cambiar tus ideas preconcebidas, tu desconfianza, tu inconstancia, tu lástima, tu impaciencia, tu falta de aceptación o de información. Y comenzar a ver en tu hij@, un ser humano con muchas capacidades; y ayudarl@ a crecer, a ser autónom@, independiente, segur@ y responsable. Y entonces el mundo lo empezará a ver así.
Y en la medida en que formes a tu hij@, segur@, amad@, independiente, feliz; y todos los que tenemos un hijo del que nos preocupa su futuro, hagamos lo mismo . . . En esa medida va a cambiar el futuro para ellos.
Actuemos! No nada más nos preocupemos.

“Piensa que el futuro será ese momento en que lamentarás no haber hecho lo que debes hacer ahora”

sábado, 9 de octubre de 2010

Equinoterapia








Y por qué equinoterapia? Se preguntarán. Bueno, no soy experta, ni conozco todo lo que seguramente hay actualmente para apoyar a nuestros hijos; pero después de algunas terapias que ya vimos (que como les dije hay muchas más); la equinoterapia es uno de los métodos que más frecuentemente me preguntan los papás si es recomendable para nuestros hijos. Yo personalmente no lo he probado (Sara nunca ha ido a equinoterapia, solo ha montado por diversión), pero conozco niños que sí, terapeutas que también y he leído bastante sobre la misma; además de haber tenido experiencias (mucho antes incluso de tener a Sara), de lo maravillosos y terapéuticos que pueden ser los caballos para todo tipo de niños.
Mi única recomendación, es que si piensan llevar a su hij@ a equinoterapia, que sea con alguien profesional, verdaderamente preparado (hay países donde incluso es toda una carrera); que les haga los exámenes previos necesarios y desarrolle un plan de trabajo adecuado a las necesidades específicas de su hij@. Porque ahora todo el mundo que tiene caballos ofrece “equinoterapia”, sin tener un conocimiento completo de las bases terapeuticas o de la aplicación en cada caso particuar; y si lo único que van a hacer, es darle vueltas a los niños sobre el caballo, mejor lleva a tu hij@ de vez en cuando a montar un poni o con algún conocido que tenga caballos a pasear simplemente por placer. Al fin que la equinoterapia puede ser con varios fines: la hipoterapia médica, la monta terapéutica o como deporte nada más.
“ La equinoterapia, más específicamente, es un método que facilita la organización del esquema corporal, la adquisición del esquema espacial, la estructura temporal; además, agudiza el raciocinio y sentido de la realidad, promueve la autoestima y propicia que el niño interiorice sentimientos y emociones por medio del olfato, la visión, la audición y la sinestesia.
Las respuestas que los niños obtienen de su relación con el caballo, permiten intensificar la experiencia perceptiva (que estimula la conciencia corporal), ya que la sensibilidad del caballo es extremadamente precisa en relación con las órdenes.
La equinoterapia se divide en pasiva y activa. La pasiva: el caballo es el único animal que tiene tres movimientos bien definidos: hacia arriba y hacia abajo, de derecha a izquierda y de adelante hacia atrás. A su vez con los leves movimientos que se producen al frotar la pelvis del paciente, genera estimulación en esta zona, muy parecida al logrado al caminar, y con las piernas al desnudo se logra lo que en kinesiología se conoce como termoterapia, debido a que el caballo posee dos grados más que el cuerpo humano".
Estas actividades sobre el caballo, generan al menos, el movimiento de 150 músculos y hacen 2000 descargas cerebrales en 20 ó 30 minutos de andar.
El movimiento al paso del caballo se asemeja al movimiento humano, así que cuando colocamos al niño sobre un caballo con el fin de mejorar y conservar su equilibrio, el niño mueve tronco, brazos, hombros y el resto del cuerpo.
Es importante conocer que aún parado el caballo, nunca está inmóvil, cambia la postura de sus patas, mueve el cuello, la cabeza, etc., y todas esas modificaciones de actitudes, imponen al paciente ajustes tónicos, con el fin de responder a los desequilibrios provocados por estos movimientos.
El movimiento puede parecer imperceptible pero se realiza constantemente, por eso a partir de que el paciente es colocado sobre el caballo, está recibiendo información exteroceptiva (al contacto con el lomo del caballo, las caderas, las piernas, las manos). De igual manera la información interoceptiva a pesar de ser menos fácil de percibir, está presente (la respiración, el ajuste de la columna, etc.).
Además de los movimientos pasivos que produce el caballo, se puede trabajar la estimulación temprana y psicomotriz, logrando una estimulación más integral a través de aparatos que son trabajados desde arriba del caballo, ya que el caballo hace lo suyo en los miembros inferiores y estímulos cerebrales y con los aparatos se logran movimientos activos, que son los que debe realizar el jinete, a las órdenes del instructor.
Interesante verdad? Bueno, pues es otra opción que si tenemos la oportunidad, vale la pena intentar. Así como la Delfinoterapia y todo lo que implique contacto con animales y la naturaleza.

"Muchos reciben consejos, sólo el sabio sabe aprovecharlos"