martes, 21 de febrero de 2012

En Casa ¿Cómo está tu jardín?

Un hombre que se sentía orgullosísimo del césped de su jardín, se encontró un buen día con que en dicho césped crecía una gran cantidad de “dientes de león”. Y aunque trató por todos los medios de librarse de ellos, no pudo impedir que se convirtieran en una auténtica plaga.

Al fin escribió al ministerio de Agricultura, refiriendo todos los intentos que había hecho, y concluía la carta preguntando: “¿Qué puedo hacer?”.
Al poco tiempo llegó la respuesta:
“Le sugerimos que aprenda a AMARLOS”.

Muchos papás también me podrán decir, que tenían un bello jardín al cual llegó un día “un diente de león”, y que al principio quizá, se resistían a trabar contacto con él o decirle una sola palabra; o quizá sus primeras palabras fueron de enfado y amargura, pero que poco a poco, las palabras fueron haciéndose de resignación, de tolerancia y de ACEPTACIÓN. Hasta que un día, se hicieron palabras de simpatía . . . y de AMOR.
Si Amig@! Espero que para Ti, ya haya llegado el día en que pudiste abrazar a tu “diente de león” (con SD) y decirle “TE AMO”, y hayas vuelto a sonreír, y tu sonrisa sea aún más dulce que antes!!!

Yo te puedo decir, que mi “diente de león” (Sara), hizo de nuestro jardín (hogar) UNA DELICIA!!!

Y el tuyo, cómo está??

lunes, 13 de febrero de 2012

¡¡¡Cambiando ETIQUETAS!!!

Una Etiqueta, siempre va a ser una ETIQUETA; por más que la maticemos!
Isabell

“DISCAPACITADO”, “CAPACIDADES DIFERENTES”, “ ESPECIALES”, “IGUALES”, “DIFERENTES”; No te pierdas en las ETIQUETAS!!!
Escribo esta entrada, porque me asombra ver cómo, tantos y tantos padres se pierden en la lucha por darle un “nombre” a sus hijos.
Y quiero comenzar hablando desde un punto Muy Particular:
Yo en lo personal, cuando nació Sara, vi a una NIÑA hermosa, que se parecía mucho a mis otros dos hijos, que tenía los ojos negros de su hermano, la nariz respingada de su mamá y su hermana, las cejas gruesas de su papá, y la bella sonrisa de su abuelo. Me enamoré de ella, desde el primer segundo que la vi, e IGUAL que con mis otros hijos, la cargué todo el tiempo que pude (todavía la cargo! jeje), la alimenté, la estimulé, la acaricié y la llené de besos, hasta que me cansé (bueno, todavía no me canso :) Y un día, la bautizamos y le pusimos “Sara” (que significa Princesa). Y desde ese día, siempre ha sido S A R A, y nada más!
Que si hay gente que la llama “Niña Down”, que si algunos dicen que es “discapacitada”, que si alguien piensa que es “especial” o tiene “capacidades diferentes” . . . hasta ahorita, eso no ha cambiado UN MILÍMETRO lo que Sara ES! Yo en lo personal, siempre me refiero a ELLA, así, en tercera PERSONA del singular, o simplemente como, SARA! Y mis hijos, y todos en casa, igual!! Nunca hacemos algún otro tipo de referencia o damos explicaciones de ninguna, al igual que nunca lo hicimos con los otros hermanos. Y si por alguna circunstancia, alguien me pregunta algo referente a su “condición”; procuro ser muy concreta en cuanto a lo que a su trisomía se refiere; sin darle mayor importancia de la que realmente tiene. Y realmente, la gente no necesita más! Somos los Papás, los que la mayoría de las veces, necesitamos “justificarnos” más! O, no?
Y quizá por eso, la necesidad de ponerle un “apellido” a nuestros hijos, de buscarle un “sobrenombre”; algo que suavice, lo que aún no entendemos (o no aceptamos!). Porque cuál otra razón puede haber para que empleemos tanto tiempo en corregir, educar o querer cambiar los términos utilizados por la gente; cuando si nosotros estamos conscientes y seguros de lo que nuestros hij@s SON; qué nos puede afectar lo que piensen los demás?!
Mi hijo mayor es Muy, pero Muy moreno (en una sociedad donde el prototipo de belleza es ser blanco y rubio); y dejó de afectarle, cuando se ACEPTÓ así como ES, cuando se dio cuenta que todos somos diferentes, cuando no se quiso CAMBIAR, cuando descubrió que además, tiene muchas otras cualidades; cuando no le importó lo que digan los demás. Y para eso, solo bastó que nosotros lo Aceptáramos primero que nada, lo amáramos y valoráramos, como el ser humano hermoso y maravilloso que es; y no tuvimos que enfrascarnos en una lucha campal por cambiar la tendencia universal de decirles a los morenos “prietos”, “negritos”, “morenazos”, “chocolate” . . . o andar tratando de convencer a la gente, que mejor lo llamen: “moreno claro",  “blanco pero más obscurito”, “cuasi blanco”, “morenito”, “apiñonadito”, etc; para no SENTIRNOS tan mal por él.
¡¡NO!! Lo amamos como es, y con su tez! Como amamos a Sara tal y como ES, con su trisomía!! Y no pienso emplear un solo minuto de mi vida, en convencer a la gente que en lugar de decirle a mi hija “discapacitada”, le digan “dif-habilitada”; o en lugar de decirle con “Capacidades diferentes”, le digan “especial” ¡¡no!! Porque mi hija es simple y sencillamente UNA NIÑA, que ya tiene un nombre!! Y se llama S A R A !!!
Porque ELLA se presenta por sí sola, con todo lo que ES! Porque ELLA es un Ser humano ÚNICO e irrepetible!! Porque si a mi hijo el mayor nunca le pusimos la etiqueta de “morenito”, o a mi otra hija de “chaparrita”; a Sara, tampoco le vamos a colgar NINGUNA ETIQUETA! Por bella que ésta suene!!
Y si a Ti, ya te vendieron la de tu hij@, y eso te hace sentir mejor; o si aún estás tratando de cambiarla por otra que te convenza más; ¡Adelante! Solo te comparto que Yo, no cambiaría un solo minuto del tiempo que empleo en educar a mi hija, para que ELLA misma dé testimonio de lo que ES; en andar ¡¡¡CAMBIANDO ETIQUETAS!!!