jueves, 23 de septiembre de 2010

La Psicomotricidad





Si tu hij@ ya logró sostener su cuello, tomar objetos con una o con las dos manos, sentarse, gatear, y ha alcanzado el tan esperado objetivo de caminar, no creas que ya podemos cantar victoria y sentarnos a descansar, nooooo! Continúa nuestro trabajo porque no basta con que caminen, tienen que hacerlo bien! Y la mayoría de las veces no pasa así (sobre todo si no llevaron una terapia adecuada) y hay que reforzarles el caminado correcto, la postura, la pisada, el equilibrio; ahora hay que enseñarles a sostenerse en un pie, subir escalones (alternando los pies), a brincar la cuerda (con pies juntos y alternándolos), la barra de equilibrio, a correr, a trepar, etc. Esto en cuanto a la coordinación motora gruesa. Y si hablamos de la coordinación fina (que va a depender en gran medida del éxito en la gruesa), el pasarse los objetos de una mano a la otra, el aventar, cachar, ensartar, la prensión con cada dedo (disociado de los demás), tener fuerza y habilidad manual, etc. Vemos que aún nos falta camino que recorrer y un camino muy importante, porque de él van a depender muchas otras habilidades que en el futuro necesitarán nuestros hijos, como la de escribir, andar en bici, patinar, tocar el piano, (tejer, por qué no?) o practicar ¡cualquier deporte!
Y para todo esto, son excelentes las clases de psicomotricidad, (sobre todo si son bien llevadas por un especialista formad@ en ello). Y con esto me refiero a que no se trata simplemente de una clase de habilidades motoras (va mucho más allá).
“La Psicomotricidad es una ciencia que contempla al ser humano desde una perspectiva integral, considerando aspectos emocionales, motrices y cognitivos. Es decir, busca el desarrollo global del individuo tomando como punto de partida el cuerpo y el movimiento para llegar a la maduración de las funciones neurológicas y a la adquisición de procesos cognitivos”.
Cóoomo ven?! No es una simple clase para aprender a saltar obstáculos físicos, verdad? ¡no! Todo esto nos va a llevar a logros en la parte intelectual también (todo va encadenado).
Así es amig@s, con la psicomotricidad vamos a lograr ejercitar la coordinación muscular gruesa y fina, la ubicación de los movimientos tanto en el espacio que los rodea, como en el espacio gráfico y aumentar la interacción de nuestros hijos con el entorno, logrando así, su autonomía.
Así que si tu hij@ llevó algún tipo de terapia, estimulación temprana o simplemente ahorita ya camina; no dejes de llevarlo a Psicomotricidad si tienes la oportunidad, porque los beneficios (los que acabamos de ver), van a ser para toda la vida.
Después de la psicomotricidad, lo que sigue es ponerlos a practicar algún deporte (que ellos elijan), pues ya estarán mejor preparados para coordinar sus movimientos, y el deporte los ayudará a mantener un buen tono muscular, a no subir de peso, a estar activos, a continuar mejorando su lateralidad, su ubicación espacial, su atención y concentración (y hasta para seguir reglas y fomentar el compañerismo). Hay algunos deportes en especial, que benefician más a nuestros hijos, como la natación que aunque relaja el tono muscular, es muy completa y maneja el patrón cruzado. También, la gimnasia bien encausada para las necesidades de nuestros hijos, es magnífica. El Tae Kwan Do tiene muchos ejercicios de coordinación de manos y pies, de lateralidad, de ubicación espacial, y además exige mucha concentración; en lo personal, a Sara le ha beneficiado muchísimo practicarlo, ella no participa en los combates, porque así lo ha decidido, pero todas las formas que se tiene que aprender (que son muchísimas) para pasar los exámenes de cinta, se las ha aprendido con todos sus pasos; todo gracias a la atención y la disciplina que ha desarrollado en sus clases (y también, si he de ser justa, a la excelente maestra que ha tenido).
El baile por supuesto, es otra excelente práctica, además ¡les encanta! Cualquier tipo de baile: ballet, jazz, hip hop, flamenco, etc. Y toda una serie de deportes que les traerán muchos beneficios; porque lo ideal sería que una vez dejada la terapia física o la psicomotricidad, tu hij@ siempre pueda estar en algún deporte para mantener su tono muscular óptimo.
Mi intención era hablarles aquí también de la “equinoterapia”, pero ya me extendí un poco y mejor la vemos en la siguiente entrada.
Vamos bien hasta aquí?

"Nunca consientas arrastrarte,cuando sientes el impulso de volar”.

sábado, 11 de septiembre de 2010

Continuando con las Terapias



Continuando con el tema de las Terapias, recordemos que éstas son muy importantes porque nuestros hijos al haber nacido con SD, traen varias características asociadas (como vimos ya), que les hacen necesitar un poco más de ayuda para poder lograr algunas cosas que por lo general un niño que nace sin la trisomía 21, no necesitará.
Una de esas características es la hipotonía o bajo tono muscular (tienen sus músculos más aguaditos), lo que provoca que tengan mayor dificultad para alcanzar ciertas posturas y patrones, no solo a la hora de gatear, sentarse o caminar, sino también para hablar.
De ahí la importancia de ayudarles a alcanzar lo más pronto posible y de la mejor manera, todas las habilidades que otros niños harán normalmente en un periodo más corto y de forma más espontánea.
Y otra Terapia que puede ayudarlos, se llama “Neurodesarrollo”: su objetivo es el control del tono postural, inhibiendo los patrones de la actividad refleja anormal, mediante manipulaciones específicas según el grado de desarrollo del niño.
Esta terapia (también llamada de “Bobath”) se define más que como un método, como un concepto de vida, y atiende tanto a los problemas de coordinación motora, como a las alteraciones de la percepción y problemas funcionales.
El manejo del niño es directo, para proveer la facilitación e inhibición que optimicen las funciones (incluyendo la interacción de muchos sistemas), así como la interacción de madre e hijo.
Hay muchas otras terapias también muy buenas (como la terapia de “Unruh”, la de “Doman”, etc.) en lo que se refiere a lo físico, lo importante es que no te quedes en la simple estimulación temprana. Y en lo que se refiere a lo sensorial y el lenguaje, también hablaremos más adelante, así como de la no menos importante, parte cognitíva.
Por lo pronto, tendremos otras dos opciones muy buenas en la siguiente entrada (para no hacer muy larga ésta). Que estoy segura cuando tengas que escoger la mejor manera de ayudar a tu hij@, te van a ser muy útiles.

miércoles, 1 de septiembre de 2010

Las Terapias

Y por fin llegamos a un tema que no podíamos dejar pasar, por la importancia que tiene en el desarrollo de toda la vida de nuestros hijos: La Terapia Física. Que como te había mencionado anteriormente, pueden sobrevivir sin ella (conozco casos), pero no te aseguro que todos salgan de la mejor manera. En cambio, si llevaste algún tipo de terapia, adecuada a las necesidades de tu hij@, casi te puedo garantizar que sus logros se verán más pronto, serán más permanentes y le facilitarán el comienzo de muchas habilidades.
Lo primero que tienes que hacer es, informarte muy bien sobre las diferentes opciones que tengas a tu alcance (física y económicamente ). Busca una asociación, fundación o institución pública o privada, que atienda de preferencia solo niños con Síndrome de Down, para que estén más especializados en el tema y además porque, nuestros niños son muy imitativos (tanto para lo bueno, como para lo malo) y si los ponemos con niños que traen otros patrones, que no serán muy beneficiosos para nuestros hijos, los aprenderán y después tendremos otra cosa que corregir. Si tienes acceso a alguna asociación Down, será excelente porque aparte de que la gente de ahí estará capacitada para atender las necesidades específicas de tu hij@ y las instalaciones y materiales serán los adecuados; tendrás contacto con otros papás de niños de la edad o hasta más grandes que el tuyo, y podrás compartir experiencias y aprender cosas muy valiosas.
Otra opción (que fue mi caso), es la terapia particular. En este caso, por lo general te enteras por otras personas que te la recomiendan, y aquí también trata de ser muy objetivo, revisa bien las opciones y si es posible, visita y conoce a los terapeutas y su trabajo; escucha las opiniones de los papás que siguen esa terapia y compara los resultados que ves en sus niños.
Te vas a dar cuenta que hay varias opciones y muchas opiniones (No en todos los lugares. Es lo malo). Yo solo te voy a hablar de lo que yo conozco, pero estoy segura que hay mucho más, por si lo que te menciono no lo encuentras en tu localidad o no te convence.
Nosotros tuvimos la gran fortuna de conocer desde que nació Sara, más que varias terapias maravillosas, un “terapeuta maravilloso” (que maneja perfectamente varias terapias). Él es Carlos Alvarado Zavala, y es el responsable entre muchas cosas, de que Sara se volteara, se sentara, gateara, aprensara y caminara, mucho antes de lo que tienen pronosticado estos niños y de una manera segura y permanente.
La terapia que él utilizó con Sara se llama Vojta: su objetivo es activar y mejorar los mecanismos motores y posturales necesarios para la realización de: la locomoción y la prensión.Este método consiste en evocar los patrones de postura y movimiento normales, que están implícitos en el Sistema Nervioso Central, activados a través de la Locomoción Refleja: La Reptación Refleja y El volteo Reflejo.La terapia se centra en colocar al niño en diferentes posturas, estimulando determinados puntos y oponiendo resistencia al movimiento que se desencadena.
Estos movimientos de coordinación normales que activamos, pueden estar bloqueados o ausentes en nuestros hijos y la Terapia de Vojta ayuda a evitar la fijación de posturas o patrones motores anormales.
Hay mucha controversia con esta terapia, sobre todo porque los niños casi todo el tiempo lloran durante su realización (y si a ningún papá le gusta oír llorar a su hijo, a los nuestros menos); pero más que llorar por dolor, lloran por la incomodidad de la postura, y aunque nunca te acostumbras a oírlos, en cuanto se acaba la terapia, desaparece el llanto, y sin embargo los resultados son inminentes y permanentes!
A mí no me gustaba tampoco ver llorar a Sara, pero no la quiero ver llorando el resto de su vida, así que me aguanté esos ratitos y hasta la fecha, camina, corre, trepa, salta (en un pie, en los dos, con la cuerda), nada de los tres estilos, hace Tae Kwan Do y tiene una motricidad (gruesa y fina) que he visto en pocos niños como ella.
Este comentario ya se alargó un poco, así que les seguiré comentando de las otras terapias en la siguiente, para no abrumarlos. Hay todavía otras opciones que también son excelentes!
Espero sus comentarios.