
Pues Sara ya cumplió 10 años y festejó toooooda la semana. Así que, creo que tendremos que hacer varias entradas para cubrir el evento, porque ha tenido muchos festejos. Primero que nada les contaré que aquí en la casa, me levanté muy temprano y desperté al papá y a los hermanos para ponerle “las mañanitas” (una canción tradicional de por acá, equivalente al happy birthday) y fuimos todos a cantarle a su recámara. Ella se despertó y primero se escondió bajo las cobijas, para inmediatamente sacar la cabeza y mostrar su hermosa sonrisa de emoción. Todos le dimos su abrazo de cumpleaños, y a diferencia de otras mañanas en que tengo que andar tras de ella para que se vista y baje a desayunar; se vistió rapidísimo (con el vestido que el día anterior había escogido) y bajó contentísima a desayunar. Claro que no dejaba de preguntar a qué hora iríamos a su cole?, Que si ya tenía las velitas para el pastel? Que, qué iba a llevar para tomar? ¿????????? Y eso es con lo que voy a iniciar hoy,
el festejo en la escuela. Como algunos de ustedes ya sabrán, Sara está en un Colegio Montessori (al igual que estuvieron sus dos hermanos, durante toda su educación preescolar y primaria, de los 3 a los 12 años). Y en Montessori tienen una forma muy peculiar de festejar los cumpleaños, que a mí me encanta y que mis hijos disfrutaron enormemente cada año y no lo olvidan. En esta celebración, las Guías o Maestras (que por lo general son dos por salón); invitan a la familia (papás y hermanos, y en ocasiones abuelos) del niño que cumple años, a tomar el refrigerio con el grupo; llevando un pastel y una bebida para compartir con todos. Los papás llegan a la hora acordada y si hay hermanos del niño en el colegio, les es permitido salir, para ir a tomar el refrigerio en el salón de su hermano festejado. Cuando llegamos al salón, todos los niños en sus lugares ya tienen puestos sus manteles individuales y hay una mesa especial para el festejado y su familia. Todos nos reciben muy cordialmente, y una vez que tomamos asiento; una de las Guías nos da la bienvenida y le pide a Sara que nos presente con sus compañeros (cosa que Sara hizo perfectamente bien). Después, Sara pasa al centro del salón, donde ya está preparado un tapete, una vela y un globo terráqueo. La Guía toma la vela y explica que esa vela, simboliza el
Sol y también, una
luz que se encendió el día que Sara nació, trayendo felicidad y amor al hogar de su familia. Enciende la vela, la coloca en el centro del tapete y les recuerda que el globo terráqueo simboliza a la
Tierra y que ésta, tarda un año en darle la vuelta al Sol; le pregunta a Sara, cuántas vueltas le ha dado la Tierra al Sol desde que ella nació? Y le pide que lo ejemplifique, tomando al mundo en sus manos y dando 10 vueltas con él, alrededor de la vela, mientras todos sus compañeros le ayudan a contar. Una vez que termina, regresa a la mesa, se sienta con su familia y (la parte que le encanta a Sara!), los compañeros que quieran le pueden hacer comentarios acerca de lo que les gusta de ella y si alguien decide, también puede acercarse a darle un abrazo o, le pueden hacer preguntas como: ¿Cuál es tu comida favorita? ¿tu color favorito? ¿tu película favorita? ¿tu mascota? Si pudieras pedir tres deseos ¿qué pedirías? ¿en qué has viajado? ¿a dónde? Y la preferida de todos ¿Cuál es tu PEOR travesura? Entre otras muchas. Y les puedo decir que todas fueron muy bien respondidas por Sara, y otro dato especial, que contestó que su materia favorita son las MATEMÁTICAS (cómo ven?).
Después le colocaron las velas al pastel (que estaba en nuestra mesa) y todos le cantaron las Mañanitas. Apagó las velitas, llevaron el pastel a la cocina del salón para partirlo; mientras Sara escogía a 3 compañerit@s, para ayudarle a repartir el refrigerio en los lugares. Cada ayudante tomó una charola, y nos repartieron a todos, pastel y chocolate caliente. Después se sentaron, una compañera de Sara hizo la bendición de los alimentos (dio las gracias) para que todos pudiéramos empezar a comer. Y al final, cada niñ@ que iba terminando, recogía sus trastes y pasaba a nuestra mesa a despedirse, para salir un momento a jugar. Sara no quería que nos fuéramos, pero la acompañé a donde estaban sus amigas jugando, les tomé algunas fotos y la dejé muy contenta.
Cuando la recogí del cole, venía radiante. La llevamos a comer al restaurant que ella eligió (por supuesto, uno con jueguitos) con todo y el pesar de los hermanos adolescentes, que ya no les gustan esos lugares. Y en la tarde, su hermana Carmina, Sara y yo (el hermano estaba en exámenes semestrales y el papá en el trabajo) pusimos una película de Navidad, hicimos palomitas y comimos del pastel que sobró, hasta que dio la hora de bañarse e ir a la cama.
¡Se acabó el 17 de Noviembre! Pero no el festejo! Porque en otra entrada les platicaré de su fiesta aquí en la casa, del pastel que le hicieron sus compañeros del Tae Kwon Do, de la función de Cine que le organizó su Dentista y del Concierto al que la llevaron mis Vecinas (así es, solo faltó que la festejara el panadero). Bueno, les dejo algunas imágenes, y todo mi cariño, por haber estado también ustedes festejando con nosotras.
*Si no corre el video, piquen donde dice
You tube y pongan: Sara: cumpleaños en el Montessori. Y ahí lo pueden ver!